Policiales
Se conocieron los resultados de la autopsia al cuerpo del comerciante descuartizado
La muerte de Fernando “Lechuga” Pérez Algaba fue producida por “mecanismo violento” y “a consecuencia final de un paro cardio-respiratorio traumático”, detalló el informe. La víctima sufrió dos disparos, precisa el documento
En las primeras horas de la tarde de este viernes se conocieron los resultados de la autopsia al cuerpo de Fernando “Lehuga” Pérez Algaba, el hombre de 41 años que fue hallado descuartizado dentro de una valija en Ingeniero Budge el último fin de semana.
Según detalló el informe, la muerte del comerciante fue producida por “mecanismo violento” y “a consecuencia final de un paro cardio-respiratorio traumático”, que fue provocado por una “hemorragia aguda secundaria a lesiones ocasionadas por paso de proyectiles”.
El documento precisó que Pérez Algaba recibió dos disparos de arma de fuego que ingresaron en la zona de la espalda. En la autopsia se reveló, además, que los restos también presentaban una herida cortante en la espalda y golpes en el rostro: todas estas lesiones fueron realizadas cuando la víctima ya había fallecido.
“Por los datos expuestos y los aportados por la instrucción, cuerpo desmembrado hallado en un arroyo, la muerte dataría de aproximadamente 5 a 7 días antes de efectuado este examen”, concluyó el análisis que se llevó a cabo en la morgue judicial de Lomas de Zamora.
Como parte del procedimiento, por último, los peritos tomaron muestras biológicas necesarias para efectuar exámenes complementarios que “permitan un adecuado estudio tanatológico del caso”.
El cuerpo de Pérez Algaba fue encontrado desmembrado el domingo dentro de una valija descartada en un arroyo lleno de basura en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge. Más precisamente, se halló en el canal que contiene al arroyo Rey, ubicado en la calle Comodoro Rivadavia, entre Figueredo y Azamor.
Los primeros en ver los restos fueron chicos del barrio que jugaban en las inmediaciones del lugar, quienes avisaron a su padres. Minutos después, llegó al lugar un móvil de la Comisaría 10 de Lomas de Zamora y personal de la Policía Científica. Allí, pudieron comprobar que se trataba de dos brazos y dos piernas de un hombre, que pertenecían a una misma persona. Finalmente, tras drenar el canal, encontraron el torso y luego la cabeza. Parte del cadáver estaba en el interior de una valija y cuidadosamente embalado en una bolsa de consorcio. Su cabeza se hallaba dentro de una mochila.
Hasta ese momento no se sabía quién era. Poco más de 48 horas después se confirmó que se trataba del comerciante. Además de las huellas que levantaron los investigadores, fueron clave también para la identificación los tatuajes que lucía en las extremidades, cuyo cotejo con fotos de las redes sociales permitió ratificar que se trata de “Lechuga”.
En lo que va de la investigación, el fiscal Domínguez recibió testimonios de algunos amigos de la víctima, quienes confirmaron que “Lechuga” tenía deudas con distintos acreedores, aunque ninguno pudo aportar información relativa a quién podría haber querido matarlo.
Pérez Algaba había llegado al país hacía poco, tras haber estado unos cuatro meses en Barcelona y luego en Miami. Sus conocidos refieren que se había escapado por las deudas que tenía, al tiempo que algunos refirieron que era “ludópata y hábil para los negocios”, y que esa adicción se acrecentó durante la pandemia del COVID-19, cuando la combinó con la compra de las cripto.
Para la fecha de su desaparición, el hombre de 41 años se movilizaba en una camioneta Land Rover Range Rover Evoque modelo 2012, que estaba a nombre de la empresa Antártida Compañía Argentina de Seguros S.A. El vehículo apareció este viernes: fue entregado ante los investigadores de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora por un hombre que dijo dedicarse a la construcción y ser socio del empresario asesinado.
Ahora la camioneta será peritada en busca de rastros y datos de interés para la causa. Lo mismo sucederá con notebooks halladas en el departamento que Pérez Algaba había alquilado temporalmente en Ituzaingó tras su arribo al país.
En la inspección a ese domicilio, los investigadores además encontraron un certificado de su psiquiatra en el que se consigna que presentaba un cuadro depresivo y de ansiedad y le aconsejaba que viajara con su perro. Se trata de un bulldog francés color beige, llamado Kupper, que luego del allanamiento, todavía no apareció.