INVESTIGACIÓN

“Siento que nunca recibí directivas”, dijo una de las enfermeras que cuidó a Maradona

Se trata de Daiana Loreley Cáceres, quien cuidó para la empresa “Medidom” al astro del fútbol en dos oportunidades durante los fines de semana, el sábado 14 y el domingo 22 de noviembre del año pasado, en la casa del barrio privado San Andrés de Tigre.

  Una de las enfermeras que cuidó a Diego Maradona en su internación domiciliaria en la casa donde falleció hace ocho meses, declaró que sintió que “nunca” recibió “directivas” médicas, y coincidió con otra colega en que algunos de los habitantes de la vivienda de Tigre entorpecían su trabajo porque les decían que no molesten ni invadan al “10”, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Daiana Loreley Cáceres (27), enfermera del Hospital Evita de Lanús y quien cuidó para la empresa “Medidom” a Maradona en dos oportunidades durante los fines de semana, el sábado 14 y el domingo 22 de noviembre del año pasado, en la casa del barrio privado San Andrés de Tigre, donde falleció a los pocos días, quien este lunes declaró en la Fiscalía General de San Isidro.

Ante la pregunta concreta de los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra respecto a de quién recibía directivas, Cáceres contestó: “Siento que nunca recibí directivas”.  

  Luego, aclaró que la psiquiatra Agustina Cosachov –una de las principales imputadas en la causa-, solo le dio “algunas directivas”, y que la doctora Nancy Forlini -coordinadora de la internación para la empresa Swiss Medical y también imputada-, “estaba en el chat” llamado “Tigre”, donde los enfermeros reportaban las novedades, y que “una vez” habló con ella pero "por un saturómetro”.

“Yo escribía en el chat informando respecto del paciente. Me respondían Forlini y (Mariano) Perroni diciéndome ´ok gracias por avisar´”, dijo la testigo mencionando también al coordinador de los enfermeros que también es uno de los siete acusados en el expediente.

Consultada respecto a si Maradona se dejaba tomar los signos vitales cuando lo asistía, respondió: “Sí, sin ninguna objeción”, e incluso aseguró que en la segunda oportunidad el mismo DT de Gimnasia le pidió que lo hiciera.  

La declaración de la segunda enfermera

La segunda enfermera que también declaró este lunes, Cynthia Elizabeth Córdoba (38), trabaja en el Hospital Argerich de la Capital Federal, es pareja de Perroni -el coordinador de enfermeros de “Medidom” que está imputado-, y explicó que fue a lo de Maradona “cinco o seis veces” durante algún turno noche y los fines de semana y feriados.

Córdoba también apuntó hacia las mismas personas de la casa cuando, según consta en su declaración, aseguró que “se le impidió ejercer su función de enfermería cuando Monona y/o Jony le decían que no moleste a Diego Maradona, que no entre tanto a la habitación, que lo deje dormir”.

La enfermera aclaró que ingresaba igual “para hacer su trabajo”, explicó que su función era la de “suministrar la medicación psiquiátrica” a Maradona y que, “pese a no estar indicado, le controlaba los signos vitales”.  

  Consultada respecto a quién daba las indicaciones, Córdoba contestó que era la doctora Forlini, a quien “le reportaban todo a través de un grupo de WhatsApp llamado ‘Tigre’, pero también mencionó que los primeros días mantuvo chats con Cosachov hasta que se generó algún tipo de interna a partir de la cual la médica de la prepaga le "prohibió" volver a contactar a la psiquiatra.

La testigo recordó que ello sucedió el 14 de noviembre, día en el que Maradona “se despertó un poco agresivo” y le pidió que se vaya, razón por la que se contactó con Cosachov.

Córdoba también mencionó que advirtió en el paciente “los miembros inferiores edematizados” y que dicha circunstancia se la informó vía chat a Forlini y la consignó en la evolución de enfermería, pero aseguró que “no recibió ningún tipo de indicación médica” por parte de la ahora imputada.

Comentó que la última vez que recuerda haberlo visto ingerir alimentos fue el domingo 22 de noviembre a la noche, oportunidad en la que Maradona “comió pizza” y que el feriado del 23 ella le ofreció cocinarle porque no estaba “Monona”, pero “no quiso” y “solo ingirió té y agua”.