Mar Del Plata

Simuló una compra y se robó una pulsera de casi 2 millones de pesos

Al mirar el video, de la cámara de seguridad, los propietarios del local supieron lo que había pasado.

Un hombre simuló la compra de un regalo para su papá y se retiró de la joyería caminando, con el celular en su mano, con una pulsera de oro de casi  2 millones de pesos en su bolsillo de un local en shopping de Mar del Plata. 

Si bien la dueña no se dio cuenta en el momento, todo quedó resgistrado en la cámara de seguridad. Al hacer público el video supo que a otros comerciantes les había pasado lo mismo. 

La dueña de la joyería “Diez y Veinte”, compartió las imágenes que exhiben a un hombre que se hacia llamar "el gitano”, que ingresó a su comercio en busca de una pulsera que estaba exhibida en la vidriera. Rosario relató que preguntó spor la pulsera Rolex de oro. Ella se la mostró y luego buscó una balanza para pesarla.

“Vos estabas, Rosario. Yo vine con mi papá, gitano”, le dijo y ella le preguntó cómo iba a abonar los 1.750.000 pesos que costaba la pulsera. Le dijo que un millón en efectivo “y el resto con tarjeta”.

“Me pareció normal la forma en la que iba a pagarla”, dijo Rosario. Eran las 10,40 del lunes. También le pidió un reloj de la marca Tommy Hilfiger para su mujer. “Empecé a preparar las bolsas para después cobrarle. Una metodología que venía funcionando hasta que falló”, relató.

Ya había embalado las joyas cuando le pidió volver a ver la pulsera para sacarle una foto y poder enviársela a sus hermanos. “Accedí porque la gente que viene y compra quiere sacar fotos. Mientras estaba haciendo la garantía, sacó la pulsera, hizo la foto, la guardó en la mano izquierda y volvió a poner la cajita en la bolsa”, relató Rosario, que se dio cuenta al mirar el video lo que había pasado.

El delincuente le hizo creer que la pulsera seguía en la caja. “Estuvo parado normal. Dijo que la mujer le iba a traer la plata y la estaba esperando”, continuó Rosario.

El hombre salió del negocio y simuló una llamada. “Volvió a ingresar y pidió unos abridores. Se los separé y los dejé sobre el mostrador. Pensé que iba a volver porque tenía las bolsas en mi poder, entonces estaba tranquila”, dijo. Pero el supuesto cliente no volvía. Fue allí cuando miró la bolsa y se dio cuenta de que este le había robado. “Llamé a seguridad, pero era tarde: ya se había ido”, sostuvo.

“No tenemos nada asegurado porque lo que es joyería no se puede asegurar. Somos laburantes, este es un negocio familiar, el cual arrancamos de cero y todo nos cuesta un montón. Vender joyas hoy es un lujo. Entonces es remarla en pasta de maní”, afirmó.

“Tengo la certeza de que vamos a recuperar lo que perdimos, porque laburamos y somos honestos. Eso va a suceder. Estoy indignada, tengo bronca, no lo voy a negar. Pero creo en el karma de la vida y sé que le va a volver”, sostuvo.