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Un jurado definirá si condena a pena de muerte al terrorista que mató a 5 argentinos en New York
Los 12 miembros del panel comenzarán a deliberar esta semana para decidir qué pena le aplicarán al autor del atentado de 2017
Está llegando a su fin la etapa de sentencia del juicio al autor del atentado terrorista en el que fueron asesinados cinco argentinos el 31 de octubre de 2017 en Nueva York. El próximo martes se iniciará la última parte del proceso con la exposición de los argumentos por parte de la fiscalía y la defensa de Sayfullo Saipov, el terrorista uzbeko que ya fue condenado por 28 cargos. Luego el juez Vernon Broderick de la Corte del Distrito Sur de Nueva York le dará las instrucciones al jurado y el plazo durante el que deberán deliberar para decidir qué pena le van a imponer al autor del atentado. La fiscalía pidió la pena de muerte y la defensa del uzbeko solicitó que se lo condene a cadena perpetua a cumplir en la prisión de Florence en el Estado de Colorado considerada la cárcel más segura de los Estados Unidos. Para que sea condenado a la pena capital el voto del jurado debe ser unánime.
Durante la semana que pasó declararon los testigos propuestos por los defensores de Saipov que buscaron humanizar la imagen del uzbeko mostrando fotos de su infancia y llevando al estrado a familiares del terrorista quienes dieron su testimonio, además de responder las preguntas de la defensa. Su padre, un tío, la madre, dos hermanas y el abuelo de Sayfullo Saipov declararon en las últimas dos semanas.
El jurado escuchó en una de las últimas jornadas del juicio a un experto en terrorismo convocado por los abogados del uzbeko. El especialista explicó el poder que tiene la propaganda del Estado Islámico y por qué el grupo terrorista elige principalmente a personas de Uzbekistán, un país de Asia Central con predominio musulmán que anteriormente formaba parte de la ex Unión Soviética.
Noah Tucker, un experto en ISIS, dijo que Saipov consumió vorazmente la propaganda del grupo antes del ataque. Además le informó al jurado que el reclutamiento de ciudadanos uzbekos por parte de la organización terrorista fue notablemente exitoso. Señaló que cuando el país estuvo bajo el dominio de la ex Unión Soviética muchos líderes religiosos uzbekos fueron enviados a campos de trabajo y muchos de ellos murieron. Explicó que una vez que logró su independencia Uzbekistan siguió siendo un país autoritario y agregó que eso le dio una oportunidad al Estado Islámico que prometía establecer un califato religioso.
Tucker explicó que para los uzbekos que abandonan el país el Islam a menudo se convierte en su identidad principal. Muchos de esos inmigrantes se encuentran con la propaganda de Isis, dijo Tucker, y los reclutadores de la organización terrorista los contactan a través de las redes sociales. Tucker relató como crearon un perfil de Facebook falso usando un nombre típicamente uzbeko y cómo a través de esa cuenta se unieron a varios grupos de inmigrantes. “Pasaron menos de 24 horas antes de que un reclutador de ISIS se pusiera en contacto con ese perfil”, contó Tucker.
Durante la fase de sentencia del juicio Sayfullo Saipov optó por no testificar. En la audiencia de la mañana del pasado miércoles el juez Broderick le ofreció la oportunidad de dirigirse al jurado y el autor del ataque terrorista se negó. Ese mismo día por la tarde, el juez le reiteró el ofrecimiento: “voy a preguntarle nuevamente mientras está sentado aquí ¿tiene la intención de testificar?” y le aclaró “será su última oportunidad”. El autor del atentado en el que fueron asesinadas 8 personas volvió a negarse.
El juicio continuará el martes donde se espera que uno de los fiscales y uno de los abogados defensores presenten sus argumentos finales. Después de eso el juez Vernon Broderick instruirá a los jurados y luego los 12 miembros comenzarán a deliberar para definir si condenan a la pena de muerte a Sayfullo Saipov. En la primera fase del juicio el jurado lo encontró culpable del delito de provisión material a una organización terrorista internacional designada y eso implica la probabilidad de que el asesino reciba la pena de muerte prevista en la legislación federal de los Estados Unidos para este tipo de crimen.