Inseguridad

Vecinos platenses: entre cerrar barrios por seguridad o hacer justicia por mano propia

Delincuentes intentaron meterse en la casa de un frentista, quien advirtió que la próxima vez los matará. Otro propuso no abrir los comercios y que los chicos no asistan a los colegios como método de manifestación

La inseguridad reinante en la ciudad de La Plata no tiene precedentes y los innumerables sucesos delictivos que se producen día a día en todos los puntos así lo demuestran. Mientras, los vecinos ya no toleran más la crítica situación y exigen respuestas a las autoridades que nunca llegan. De esta manera, aunque las comisarías rotan de titular de manera frecuente, los delitos no se detienen y, por el contrario, se tornan cada vez más violentos.

Indignado por la situación, por ver cómo los delincuentes siempre se salen con la suya, un residente de San Carlos, sin dudas uno de los barrios más castigados, comentó que va a armarse para evitar que vuelvan a meterse a su domicilio, como ya ocurrió. Enojado, se volcó a la red social de Facebook, donde publicó: “Ratas, van a ser ratas muertas. Vuelvan a intentar entrar a mi casa como quisieron entrar anoche y no lo dudaré. Muerto el perro acabada la rabia”.

El escrito deja a las claras que el hombre tiene pensado atentar contra la vida del hampón o los hampones que crucen el límite de su propiedad pero, lejos de tratarse de un caso aislado, tiene cada vez más adeptos. De por sí, frentistas de City Bell pensaron en electrificar los cercos de sus viviendas para ahuyentar a los malvivientes.

El vecino de San Carlos, que reside en las inmediaciones de 143 y 52, encontró consenso entre los habitantes de su vecindario. “Es muy triste terminar así pero yo estoy decidido: entrás al patio de mi casa y te hago…”, expuso otro, sin terminar la clara frase. “Vivo en la esquina. Dos veces me robaron y los estoy buscando”, contó un tercero.

Un cuarto señaló: “Después que no digan que lo mataron, pobrecito. Uno está cansado de estas ratas”. Un último informó: “Estaba comprando por esa calle y se llevaron una bicicleta cargada en una moto, una de 110 cilindradas roja, toda desarmada. Los seguí y pararon en 143 y 71”.

Situación crítica

Para entender el nivel de cansancio social que se respira en San Carlos y en el colindante Los Hornos hay que escuchar a sus pobladores, quienes durante meses marcharon por el centro del barrio para reclamar soluciones policiales, que nunca llegaron.

“Los Hornos es tierra de chorros, no bajan de cinco o seis los robos violentos por día. ¿Hasta cuándo vamos a seguir esperando para juntarnos y salir a la calle a protestar? ¿Hasta que maten a un chico por ir a la escuela, o a una persona por ir al supermercado, o a un jubilado por acostarse a dormir, o a un comerciante por abrir o cerrar su negocio? ¿Esperamos un muerto?”, relató uno, e insistió: “Todos los días cinco o seis afanos violentos y seguimos haciendo nada. ¿Y si un día en Los Hornos los comercios no abren, los chicos no van a los colegios, los que laburamos no vamos y cortamos 131 y 60, 61, 65, 66, 67? Nadie entra, nadie sale. Todos en Los Hornos movilizados, pero todos”.

El mensaje fue recibido por otros lugareños, que también dieron su parecer. “A mis sobrinos les quisieron robar a la mañana en 159 y 65. Iban en moto y le pegaron a mi sobrina”, dijo uno, y un segundo lo siguió: “A mis tres hijos y a mi yerno los apuntaron con un arma de fuego y les quisieron robar. A una de mis hijas le pegaron un culatazo para que soltara la mochila. Ya no se puede más, no hay seguridad”.

“No veo un policía en el barrio hace años, las autoridades solo aparecen cuando necesitan votos”, “Por 149, de 44 a 60 están a pleno los ratas”, “Un policía durmiendo en el patrullero en 161 y 66, otro escondido en 72 y 161, donde no hay ni casas. Después tenés los falsos operativos de 149 y 70”, finalizaron.