CORONAVIRUS

Ciclosporina, un fármaco que podría reducir hasta un 80% la mortalidad por COVID-19

Investigadores españoles analizaron a 600 pacientes con coronavirus y hallaron una “supervivencia mayor” entre quienes recibieron esta medicación.

Investigadores españoles hallaron indicios de que el fármaco ciclosporina podría reducir la mortalidad por COVID-19 según un estudio retrospectivo, aunque son cautos para sacar conclusiones e indican que son necesarios ensayos clínicos para demostrar estos resultados.

Para llegar a este punto, analizaron los tratamientos de más de 600 pacientes con coronavirus y constataron que aquellos que recibieron este medicamento -que se usa actualmente en pacientes trasplantados- tuvieron un 81 por ciento menos de probabilidades de morir que quienes no lo recibieron.

Los resultados de esta observación, liderada por el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, junto con la Universidad Europea, se publicaron este jueves en la revista E Clinical Medicine del grupo The Lancet.

“El hallazgo más sorprendente de nuestro estudio es que los pacientes que recibieron ciclosporina tuvieron una supervivencia mayor respecto a los que no la habían tomado”, subraya Daniel Carnevali, jefe del Servicio de Medicina Interna del hospital español, pero recalca que “los resultados hay que tomarlos con precauciones”.

“La ciclosporina se usa como inmunosupresora y ha cambiado la historia de los trasplantes, pero por el momento no tengo información sobre su uso como tratamiento para el COVID-19”, explica el doctor Ricardo Rüttimann (M.N. 72.566), pediatra e infectólogo.

En España, Carnevali recuerda que la enfermedad por coronavirus aún no tiene un tratamiento estándar y que desde la primera etapa de la pandemia utilizaron terapias sobre las que tenían “una razonable esperanza de que tuvieran efecto, pero sin ensayos clínicos que los avalaran”.

Entre ellos, destaca: "Los antimaláricos como la hidroxicloroquina, los antivirales como el lopinavir-ritonavir; los antibióticos, los corticoides y los fármacos que actúan en la fase inflamatoria de la enfermedad como el tozilizumab y la ciclosporina”.

Este último estudio que realizaron es retrospectivo, “no es un estudio randomizado doble ciego que comparara fármaco a fármaco”. Pese a eso, el investigador Carnevali asegura que lo que sí pudieron comprobar es que los pacientes que recibieron ciclosporina no son “esencialmente diferentes al resto", ya que sufrían comorbilidades similares y sus resultados clínicos “fueron mejores”.

“Encontramos indicios de que la ciclosporina podría ser un fármaco prometedor. Para confirmar esta hipótesis sería necesario un ensayo clínico en el que se pudiera aleatorizar entre pacientes que tomaran ciclosporina o placebo”, concluye.

Este medicamento es un “inmunosupresor potente” especialmente “útil en la prevención del rechazo del injerto y para la profilaxis de la enfermedad del injerto contra el huésped (el rechazo del organismo hacia el nuevo órgano)”, según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).