Muertes COVID19
Estados Unidos superó los 700 mil muertos por coronavirus
EEUU superó esta cifra de víctimas que ha dejado la pandemia en la nación con el peor registro del mundo de fallecimientos por la enfermedad en números absolutos. Estados Unidos solo cuenta al 55% de su población con el esquema de vacunas completo
Si bien las complicaciones causadas por el Covid-19 se han aplacado gracias a la creación de distintas vacunas y en el horizonte aparecen píldoras de consumo oral para evitar los fallecimientos, la pesadilla aún no ha terminado y Estados Unidos es testigo de ello.
Este sábado, según la medición independiente de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos superó la barrera de los 700.000 muertos a lo largo de la pandemia y es protagonista, con amplia diferencia, del peor registro del mundo en este concepto, aún por encima de otros países en contextos difíciles, como Brasil o India.
A modo de homenaje de este sombrío hecho, en el césped del National Mall de Washington, cientos de miles de banderas blancas flamearon a metros de la Casa Blanca.
Esta cifra, equivalente a la población total de Washington, aparece en un contexto en el que se produce el rebrote de casos por la contagiosa y rápidamente esparcida variante Delta, la cual alcanzó su punto máximo en agosto, pero continúa haciendo estragos en Estados Unidos.
Además, la campaña de vacunación impulsada por el Gobierno en diciembre y que tuvo su pico de asistentes en abril (llegó a registrar alrededor de cuatro millones de personas por día) está decayendo fuertemente. Según los Centros para Control y la Prevención de Enfermedades, solamente el 55,7% de los habitantes está completamente vacunado.
El uso de cubrebocas aún es un problema que divide a nivel gubernamental, dado que hay gobernadores –como los de Texas y Florida– que intentaron prohibir su uso obligatorio, amparándose en las libertades individuales. Por otro lado, días atrás, los dirigentes demócratas de California anunciaron que las vacunas serán obligatorias para todos los estudiantes.
Además, una fuerte e incesante campaña de desinformación fue un problema difícil de solucionar para combatir una pandemia que ya se llevó la vida de 700.000 estadounidenses.