Problemática Aérea

Los aeropuertos del mundo temen el caos que se avecina

El caos aumenta en los aeropuertos de todo el mundo. La escasez de personal está estropeando la reanudación de los viajes aéreos. Es poco probable que la situación mejore este verano, advierten los responsables del sector.

Un millar de pasajeros se quedaron tirados el pasado fin de semana en el aeropuerto de Dublín. Perdieron sus vuelos debido a las largas colas en los distintos puestos de control por la falta de personal. El aeropuerto está operando al 70% de sus niveles de personal anteriores a la pandemia de Covid-19.

Pero no es una excepción irlandesa. En el Reino Unido, donde el caos es aún más notable en este periodo del Jubileo de la Reina, se han cancelado cientos de vuelos debido a la congestión en los distintos aeropuertos del país.

En Ámsterdam y Fráncfort, el mismo escenario se ha reproducido desde el fin de semana de Pascua. En Suecia, donde el aeropuerto de Estocolmo tampoco puede hacer frente a la afluencia de pasajeros, su director general ha sido citado para dar explicaciones ante el Parlamento.

¿Por qué hay tanta escasez de personal?

En 2020, el tráfico aéreo se dividió por tres debido a los cierres. Para hacer frente a la peor crisis que ha conocido el transporte aéreo, tanto las compañías aéreas como los aeropuertos despidieron personal a gran escala.

En los últimos meses, la actividad se ha recuperado, y algunos aeropuertos han vuelto casi al nivel de tráfico de hace dos años, sin haber previsto un repunte tan rápido. Y estas empresas tienen ahora que contratar en masa, a toda prisa, mientras ofrecen condiciones poco atractiva: los salarios del personal de tierra son bajos, sus horarios de trabajo son escalonados, con jornadas de trabajo en los fines de semana.

Por último, todos los puestos relacionados con la seguridad requieren un control meticuloso de su perfil, que puede durar hasta seis meses. Los aeropuertos de París tienen 4.000 plazas libres. Contratar y formar la mano de obra necesaria antes del verano es una misión imposible.

Demanda de billetes muy alta

A pesar de la inflación, a pesar de la guerra en Ucrania, el apetito por viajar vuelve a crecer. La gente quiere moverse, recuperar la libertad de la que ha sido privada durante dos años. Y las aerolíneas de bajo coste no quieren perderse nada. Transavia, la filial de Air France, ofrecerá este verano un 70% más de vuelos que en 2019.

Los pasajeros tendrán que conformarse con los fallos de los aeropuertos, tanto en Europa como en Estados Unidos, donde los procedimientos de llegada se alargan debido a la falta de policías y agentes de aduanas.

En este país, en el que el mercado laboral está muy ajustado, la escasez de personal pone en peligro todas las actividades de verano. Hoteles, restaurantes, heladerías y piscinas ya se ven obligados a restringir sus horarios de apertura por falta de personal para recibir a los clientes. La vuelta a la vida, a la economía anterior a la Covid no es para mañana.