GUERRA RUSIA - UCRANIA

Plan de paz de EE.UU. coloca a Ucrania en una encrucijada histórica

La propuesta de Washington para poner fin a la guerra concede amplias ventajas a Moscú y obliga a Kiev a aceptar cesiones consideradas innegociables. Zelensky admite que es uno de los momentos más difíciles desde el inicio de la invasión.

El borrador de un plan de paz elaborado por el gobierno de Estados Unidos generó un terremoto político en Kyiv y abrió una de las discusiones más sensibles desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022. El documento, compuesto por 28 puntos y confirmado por la Casa Blanca, plantea un cese inmediato de hostilidades a cambio de concesiones territoriales, renuncias estratégicas y un rediseño profundo del futuro geopolítico del país.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, admitió públicamente que el momento es crítico y que su gobierno se encuentra atrapado entre "perder la dignidad" o arriesgar la relación con su principal aliado militar, Estados Unidos. La presión se intensificó luego de que el mandatario estadounidense, Donald Trump, confirmara que dio a Ucrania un plazo de siete días para pronunciarse, con fecha límite el jueves 27.

El contenido de la propuesta encendió alarmas en Kyiv: contempla que Ucrania ceda territorios que hoy se encuentran bajo control propio y que Estados Unidos reconozca como de facto rusas las áreas ocupadas por Moscú, incluidas Crimea, Donetsk y Lugansk. A ello se suma una exigencia histórica del Kremlin: que Ucrania renuncie a su aspiración constitucional de ingresar en la OTAN, aunque podría mantener abierta la puerta de acceso a la Unión Europea.

Otro de los puntos sensibles es el límite impuesto a las fuerzas armadas ucranianas, que quedarían restringidas a un máximo de 600.000 efectivos. A cambio, Estados Unidos ofrecería una garantía de seguridad con respuesta militar coordinada en caso de una nueva agresión rusa, junto con la reimposición automática de sanciones.

El plan también propone que Ucrania convoque elecciones dentro de un plazo de 100 días, comicios que debieron realizarse a comienzos de 2024 pero fueron suspendidos por la guerra. En paralelo, el borrador destina unos 100.000 millones de dólares en activos rusos congelados a un programa de reconstrucción y prevé conversaciones para levantar gradualmente las sanciones a Moscú.

Vladimir Putin celebró la iniciativa y aseguró que podría “sentar las bases de un acuerdo definitivo”. En Ucrania, en cambio, las reacciones internas son de preocupación: el documento coloca al país ante la difícil decisión de aceptar condiciones que históricamente consideró innegociables o arriesgar un deterioro serio con Washington en plena guerra.

La respuesta de Kiev será determinante no solo para su futuro territorial y militar, sino también para el equilibrio político global en un conflicto que lleva casi cuatro años sin perspectivas claras de resolución.