“Hace falta una mirada social de la pesca como parte de la lucha por la soberanía”

Con el estallido de la pandemia, representantes del Centro Ex Combatientes islas Malvinas (Cecim) La Plata comenzaron a planificar y poner en marcha la idea de repartir pescado fresco de manera solidaria a los comedores de la ciudad y la región. En diálogo con diario Hoy, uno de los referentes del espacio, Hugo Robert, explicó cuál es el próximo paso y por qué es importante la propuesta.

—¿De qué se trata la propuesta?

—Tenemos la propuesta de distribución de pescado en los comedores, siempre dependiendo de las donaciones que nos hicieron las empresas pesqueras. A partir de ese contacto y de un estudio que hicimos, sostenemos que la pesca social podría dar una mano muy grande en estos momentos. En pandemia repartimos más de 30 toneladas en más de 80 comedores de La Plata, Berisso y Ensenada. Traemos las donaciones al Cecim y los comedores vienen a retirarlo. El pescado necesita conservar la cadena de frío, como cualquier carne. No tuvimos ningún intoxicado, ni chicos con problemas con las espinas.

—¿En qué situación están hoy?

—Una empresa nos ofrece un barco para poder salir a pescar para los comedores, que es nuestro mayor anhelo. Según la Ley, los navíos tienen una vida útil de 40 años, este todavía está operativo, tiene 26 metros de eslora y podría estar pescando en lo inmediato. Junto al Ministerio de Desarrollo Agrario provincial estamos pidiendo por una licencia para pesca social, que la otorga la Nación.

Decidimos dar este paso porque el compromiso que tenemos con nuestros compañeros caídos es la lucha por la soberanía. Los británicos nos usurpan las islas y el mar. La pesca es el primer paso para discutir qué país marítimo queremos, si no nos pensamos como país marítimo es difícil dar la pelea. La pesca es la llave.

—¿En qué se sostienen para pedir esta licencia?

—Nos basamos en el articulo 27 de la Ley Federal de Pesca que dice que se puede reservar para de lo que el Estado permite pescar (la cuota), para fines de alto interés social. Entonces no habría que modificar ninguna Ley, por eso creemos que estamos en condiciones para salir.

La empresa, que es una de las más grandes del país, con más de 25 años en el rubro, se ofrece a operar este barco, porque nosotros no tenemos experiencia en las actividades pesqueras. Si obtenemos la licencia, el navío se transformaría de inmediato en un proveedor. La empresa nos cobraría el trabajo en pescado. Pesca 45 toneladas en tres días, el costo sería de 25 toneladas, por lo que quedaría otras 20 para ser distribuidas.

—¿Qué pasa con la pesca y qué hace falta para que tengan la habilitación?

—A la actividad se la mide por lo que produce en dólares, se exporta casi todo lo que se pesca. Estamos tratando que se entienda que le falta una mirada social. El pescado es el único recurso vivo que es todo del Estado, entonces creemos que se podría hacer algo más que transformarlo solo en divisas.

Nosotros decimos que falta decisión política para otorgar la licencia, es el Consejo Federal Pesquero el que dictamina la entrega de licencias. El secretario de Pesca, que depende de Agricultura, también tiene que aceptar y otorgar esta licencia que pedimos desde el Cecim.