OLA DE CALOR
Cómo evitar un golpe de calor y qué hacer si ocurre
El Ministerio de Salud publicó un video con recomendaciones de cara a las altas temperaturas que castigan a la Ciudad y varios puntos del país.
Como cada vez que el calor castiga con insistencia durante el verano, desde el Ministerio de Salud de la Nación recordaron una serie de medidas para cuidar la piel, "evitar el golpe de calor, la deshidratación y otros problemas de salud" estos días de altas temperaturas.
"Protegete del sol y del calor: evitá la exposición entre las 10 y las 16, quedate preferentemente a la sombra y permanecé en espacios ventilados", indica el video explicativo que difundió este domingo mañana en sus redes el Ministerio de Salud.
Desde su página web, la cartera de Salud advirtió que en caso de ola de calor como la que atraviesa la la ciudad de Buenos Aires, el centro y norte de Argentina es necesario prevenir el golpe de calor y el agotamiento consecuente, que son trastornos ocasionados por el aumento de la temperatura del cuerpo por la exposición prolongada a altas temperaturas y humedad o el esfuerzo físico intenso en estos contextos.
En estas situaciones, se agregó, el organismo tiene dificultades para regular la temperatura corporal que puede alcanzar los 40 grados o más.
El agotamiento por calor es una instancia previa al golpe de calor, al que hay que reconocer para prevenir una situación más grave y cuyos síntomas son: sudoración excesiva; piel pálida y fresca; sensación de calor sofocante; sed intensa y sequedad en la boca; calambres musculares, agotamiento, cansancio o debilidad; dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos; dolor de cabeza, irritabilidad, mareos o desmayo.
En el caso del golpe de calor, los síntomas son: temperatura del cuerpo 39-40 grados o mayor (medida en la axila), piel roja caliente y seca (se agota la transpiración), respiración y frecuencia cardiaca acelerada, dolor palpitante de cabeza, alteración del estado mental y del comportamiento (vértigos, mareos desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento) y convulsiones.
Los grupos poblacionales más vulnerables al golpe de calor son los menores de 5 años y más aún los menores de 1 año y los adultos mayores, las personas con enfermedades crónicas (cardíacas, renales, mentales o neurológicas y otras), con fiebre o diarrea por otra causa, las que presentan obesidad o desnutrición y las que tienen la piel quemada por el sol.
Para evitar estos cuadros es importante cuidar la hidratación y la alimentación, consumir agua segura y jugos naturales durante todo el día; no tomar bebidas con cafeína o con alto contenido en azúcar (como las gaseosas corrientes), muy frías o calientes; preferir las comidas frescas y livianas a las pesadas; reducir la actividad física; cubrirse la cabeza con un gorro o pañuelo al salir y llevar agua para mantenerse hidratado.
También se recomienda no consumir alcohol; permanecer en lugares ventilados y frescos; vestir ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros; no exponerse al sol directo entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde; tomar abundante agua antes, durante y después de hacer ejercicio.
Además, pidieron mantener a los niños, los mayores y las personas más vulnerables, en lugares bien ventilados, usar ventiladores o aire acondicionado (ya sea en casa o lugares públicos) cuando la temperatura ambiente es muy elevada.
En caso de golpe de calor hay que llamar inmediatamente a un servicio de emergencia o trasladarse hasta el centro de salud más cercano, permanecer mientras tanto en un lugar fresco y ventilado, enfriar rápidamente el cuerpo mojándolo con agua fría y beber agua.
Lo que no se debe hacer bajo ninguna circunstancia es administrar medicamentos antifebriles y friccionar la piel con alcohol (porque causa intoxicación).
Por otro lado, la exposición excesiva al sol puede producir envejecimiento de la piel, cataratas y cáncer de piel, por eso el Ministerio recomienda además usar protector solar con factor de 30 o más para estar al sol y renovarlo cada 2 horas o después de salir del agua.
Los bebés menores de un año no deben recibir el sol directo y desde los seis meses en adelante deben usar protector solar factor 50 o mayor.