Ciencia

La NASA detectó un asteroide que podría impactar contra la Tierra en 2046

La agencia espacial estadounidense nombró al cuerpo rocoso como DW 2023. Tiene el tamaño de una pileta olímpica y orbita a 75 millones de kilómetros del Sol.

La NASA informó en las últimas horas que se encuentra rastreando la trayectoria de un asteroide llamado 2023 DW, el cual podría impactar en la Tierra en 2046.

Según la agencia espacial estadounidense, este nuevo asteroide tiene el tamaño de una pileta olímpica (un diámetro aproximado de 50 metros) y fue descubierto el pasado 26 de febrero, en el observatorio de Atacama, en Chile.

“Hemos estado rastreando un nuevo asteroide llamado 2023 DW que tiene una probabilidad muy pequeña de impactar la Tierra en 2046. A menudo, cuando se descubren nuevos objetos por primera vez, se necesitan varias semanas de datos para reducir las incertidumbres y predecir adecuadamente sus órbitas en el futuro”, manifestó la NASA a través de su cuenta de Twitter.

Según precisaron los especialistas, el meteorito tiene una probabilidad entre 560 de impactar en la Tierra el 14 de febrero de 2046; sin embargo, aún desconocen la parte del planeta en la que podría golpear.

Cabe remarcar que la probabilidad de impacto cambió en la última semana. El 1° de marzo, un astrónomo italiano compartió con la NASA que la probabilidad era de una entre 12.000, pero las probabilidades aumentaron un día después a una entre 710. Ahora es de una entre 560.

El sitio web oficial de la NASA informó que el asteroide 2023 DW se encuentra actualmente en la parte superior de su lista de riesgos del sistema de monitoreo Sentry con un 1 en la escala de Torino, que significa que por el momento no representa un motivo de preocupación. “Un descubrimiento rutinario en el que se prevé un paso cerca de la Tierra que no plantea ningún nivel inusual de peligro”, sostiene la descripción de este nivel.

Una colisión del DW 2023 con la Tierra sería comparable al evento del bólido de Tunguska, un asteroide de 50 metros de diámetro que impactó hace 114 años en un bosque de Siberia destruyendo unos 80 millones de árboles.

La Oficina de Defensa Planetaria de la NASA señaló que “a menudo, cuando se descubren nuevos objetos por primera vez, se necesitan varias semanas de datos para reducir las incertidumbres y predecir adecuadamente sus órbitas en los años futuros”.