Salud

Los argentinos duermen menos que el promedio mundial

Así lo determinó la OMS. En total, dormimos una hora menos que hace 50 años y dos horas menos que hace 100 años.

En el país se duerme menos que el promedio internacional, señalaron especialistas a la vez que advirtieron por "la insuficiencia crónica del sueño" derivada del "jet lag social, donde nos salimos de hora para dormir, nos acostamos en horarios inapropiados y restamos horas al descanso de la noche" para estirar el día.

En el marco del Día Mundial del Sueño, que se celebró el 18 de marzo, Diego Golombek, doctor en Ciencias Biológicas, aseguró que en el país "se duerme menos del promedio internacional" establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"La recomendación internacional es que los adultos debieran dormir siete horas por noche", explicó Golombek, e indicó que antes de la cuarentena en promedio se dormían alrededor de seis horas y cuarenta minutos, con lo que "uno puede decir que es muy poco menos, pero si te vas por fuera del rango está mal y la calidad del sueño tampoco es satisfactoria".

A su vez, el especialista señaló que actualmente dormimos una hora menos que hace 50 años y dos horas menos que hace 100 años, y añadió que "también estamos más estresados, por lo tanto no solo dormimos menos, sino que dormimos peor". "Estas horas de sueño son un promedio, hay gente que efectivamente con menos sueño está bien y gente que necesita más, eso es absolutamente normal", remarcó, y aseguró que hay gente más matutina, que despertándose temprano están "fenómenos", y gente más vespertina "que les cuesta mucho levantarse por la mañana y rinden mejor hacia la tarde".

A su vez, con un descanso ineficiente que se torna crónico, dijo Golombek, se experimentan trastornos en la salud que afectan al metabolismo y pueden producir desde una suba en los niveles de glucosa que podría provocar la aparición de diabetes tipo 2, obesidad y problemas cardiovasculares.

Entre los trastornos del sueño más comunes se encuentra el insomnio, derivado del estrés y la ansiedad, el sonambulismo, el trastorno de las piernas inquietas y la apnea del sueño, "que afecta del 1 al 5% de la población, mucho más en hombres que en mujeres, y condiciona al mal sueño", debido a que repercute en la respiración durante la noche.