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Alerta para la ganadería: en Corrientes podría haber hasta un 70% menos de pasto por la sequía y los incendios

Desde el INTA Mercedes señalaron que los animales tendrán dificultades para recuperar su estado corporal.

En Corrientes, una de las principales provincias para la actividad ganadera, calculan que por la sequía y los incendios habrá entre un 40 % y 70% menos de pasto durante este año, por lo que los animales no podrán recuperar su estado corporal, según reportó el INTA Mercedes.

En la provincia, el 95% de la actividad de cría vacuna y ovina se realiza sobre pastizales naturales y más del 70% de la productividad de los mismos se concentra en primavera y verano, gracias a las lluvias de diciembre a febrero.

Pero este año, a raíz de la escasez de precipitaciones, los campos tienen solo el 60% del pasto. Así, será difícil que los animales con una condición corporal deteriorada logren recuperarse y tampoco habrá reservas para pasar el invierno.

Durante un año normal, entre septiembre y mayo, los pastos cortos del centro de la provincia acumulan unos 5.500 kilos de materia seca por hectárea, lo cual es suficiente para satisfacer los requerimientos de una carga de 0,7 a 0,8 equivalente a vaca por hectárea y para acumular un excedente para los meses de invierno.

Hasta enero de 2023, se produjeron 2200 kilos menos que lo normal. En este contexto, el INTA proyecta 3 escenarios posibles: uno bueno, en el que al final de la temporada de producción se acumularían 2200 kilos menos que el promedio histórico; uno regular, con un 80% de probabilidades, en el que la acumulación de forraje sería de 3200 kilos menos; y el peor, que dejaría 4000 kilos por debajo de la media.

“Puestos en términos relativos, los escenarios bueno, regular y malo al final del período de crecimiento tendrán una reducción de la disponibilidad de alimento del 40, 60 y 70 % respectivamente, en relación con la producción normal”, detallaron desde el INTA Mercedes.

Cómo impactó la sequía en Corrientes

A lo largo de 2022, en Corrientes las lluvias fueron escasas, cayeron apenas 759 milímetros en todo el año, un 47,5% menos que los 1.447 de promedio, es decir que hubo un déficit de agua de 688 milímetros.

Según el INTA Mercedes, el déficit hídrico se fue acrecentando desde el 2020, siendo un 35% mayor en 2021 respecto de 2020 y un 100% mayor si se compara 2022 con 2021. “Esto afecta negativamente en el crecimiento de pastos y cultivos, la disponibilidad de agua para bebida animal y riego, y acumulación de agua en el suelo, represas y tajamares”, explicaron los expertos del instituto de la provincia.

Por otro lado, en gran parte de 2022, las temperaturas máximas mensuales promedio fueron superiores a la media histórica a excepción de junio que fue el mes más frio del año y en el que se registraron 5 heladas meteorológicas y once agronómicas (tres es la media histórica para el mes). El período de heladas fue extenso ya que comenzó en mayo y se extendió hasta avanzado el mes de octubre, cuando la ventana normal para la zona va desde mayo a septiembre.

En diciembre de 2021, la falta de lluvias provocó una reducción del 25% del crecimiento de los pastizales en uno de los meses de mayor aporte a la productividad total de forraje.

Esto se acentuó en enero de 2022 con una caída del crecimiento del 95%. Con las precipitaciones de marzo, los pastos se recompusieron. Pero, desde octubre, la producción de forraje fue un 25% de lo normal.

Actualmente, en toda la provincia, el crecimiento del pasto continúa afectado por las bajas precipitaciones, pero el centro sur correntino es la región más perjudicada.

El desafío de pasar el invierno

En este contexto, el escenario más probable de producción de forraje en lo que resta del período de crecimiento, según el INTA Mercedes, indica una merma del 60%. Esto es unos 3.200 kilos menos por hectárea que en un año normal.

“Un invierno del 2022 relativamente bueno pudo haber dejado un saldo positivo sobre la condición de los animales, dependiendo del manejo de cada campo. Sin embargo, durante el verano esa condición corporal probablemente se perdió y no hay escenarios para que se recomponga antes del invierno”, señalaron.

Por eso, recomendaron que en los sistemas con cargas superiores a 0,5 equivalente a vaca por hectárea, se haga un ajuste para el invierno considerando el promedio de productividad de ese período que es de 600 kilos de materia seca por hectárea para el centro sur de Corrientes.

“En los casos en que el sistema haya ajustado su carga previamente (junio- septiembre de 2022) a valores iguales o inferiores a 0,5 equivalente vaca, podrán sumar al balance forrajero algo de forraje remante del verano 2023. Considerando que el ingreso al invierno se dará con muy poco o nada de pasto acumulado, habrá que extremar las medidas de manejo que permitan clasificar la hacienda por requerimientos, vender categorías menos productivas y hacer encierres estratégicos para suplementar o alimentar categorías más sensibles”, subrayaron desde la institución.

Si las condiciones climáticas se restablecieran durante lo que resta del 2023, se deberían considerar prácticas que tiendan a favorecer la recuperación del campo natural como descansos, control de malezas y fertilización. “Sin un manejo adecuado, restablecer la capacidad de carga de los sistemas afectados por ésta seca, podrá llevar mucho tiempo”, advirtieron los técnicos del organismo.