CRISIS

Caputo mandó pedir un "waiver" ante el FMI al no poder cumplir las metas acordadas

El pedido fue formalizado en Washington luego de que el Gobierno no pudiera cumplir uno de los principales objetivos que le impuso el Fondo para realizar nuevos préstamos.

Para muchos, las cosas no están saliendo del todo bien para Javier Milei y mucho menos para su ministro estrella, Luis Caputo, quien tras firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no puede cumplir con los compromisos impuestos por el organismo multilateral.

Como es de público conocimiento y de fácil verificación, la microeconomía es sufrida cotidianamente por la mayoría de los argentinos, con un brutal desplome del consumo masivo que afecta a trabajadores y empresas. Y las políticas macro, ensalzadas por analistas y prensa adictas, parece que no va tan viento en popa como los libertarios y acólitos quieren hacer creer.

Para muestra basta este botón: la delegación argentina ante el Fondo, encabezada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el viceministro de Economía, José Luis Daza, solicitó al organismo un “waiver” debido al incumplimiento en la meta acordada de acumulación de reservas. Es decir: salen más dólares que los que entran.

El acuerdo entre las partes establecía una meta de acumulación de U$S4.700 millones en reservas para el segundo trimestre del corriente año, objetivo que el Gobierno no pudo alcanzar, para frustración del titular del Palacio de Hacienda, el “mejor ministro de Economía del mundo”, parafraseando a Milei.

Entre los factores implícitos que impidieron el no cumplimiento de la meta, Caputo suele referir los vencimientos de deuda, la estrategia de no emisión y restricciones que la Casa Rosada se impuso, como la decisión de no intervenir en el mercado financiero mientras el dólar no descienda hasta los $1.000 la unidad.

Por otro lado, Ámbito.com indica que el déficit de cuenta corriente, que alcanzó U$S5.100 millones en la primera mitad del año, cinco veces superior a las proyecciones del FMI, agravó la presión sobre las reservas del Banco Central, en un contexto de inflación superior al 100% anual.

De manera que el pedido de dispensa o perdón formalizado en Washington debe ahora ser aprobado por el directorio del FMI, en tanto que el receso estival en el hemisferio norte podría estirar la definición por el nuevo desembolso de U$S2.000 millones, necesarios como el agua para los planes libertarios, pero que pueden permanecer bloqueados durante meses.