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Llovió en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba y auguran buen futuro para la cosecha

Las precipitaciones de los últimos tres días fueron el alivio tan esperado luego de las importantes pérdidas en los cultivos, según expresaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario.

Las lluvias registradas en las últimas 72 horas en las zonas más importantes para la producción de Trigo, Maíz y Soja representaron "un rayo de esperanza para los productores", luego de las pérdidas en los cultivos, de acuerdo con el análisis que brindaron este lunes desde la Bolsa de Comercio de Rosario.

Al respecto, desde la entidad sostuvieron que "los datos acumulados en las últimas 72 horas dieron cuenta del alivio tan esperado", si se tiene en cuenta que, hasta el viernes 20 de octubre, según informes de la propia Bolsa, "el 90% de la región núcleo estaba bajo condiciones de sequía y escasez hídrica, causando preocupación entre los productores".

La BCR detalló las precipitaciones registradas en algunas localidades de la región, como los 88 milímetros en Rufino, 44 mm en María Teresa, 40 mm en Irigoyen, 38 mm en Clason y 36,2 mm en Rosario.

"Esto marca un punto de inflexión en la situación, ofreciendo un rayo de esperanza para los productores de la región", puso de relieve la BCR, en alusión a las preocupaciones existentes entre los protagonistas de la actividad agropecuaria por la escasez de lluvias luego de la sequía de la campaña 2022/2023.

Al respecto, indicó que "los cultivos de trigo y maíz habían sufrido fuertes impactos, con pérdidas considerables debido a la falta de lluvia y las heladas" y puso como ejemplo lo sucedido en Carlos Pellegrini, donde "se estimaba un 10% de daño por heladas y un rendimiento proyectado que se había reducido a la mitad en comparación con un año normal".

"En otras áreas, como El Trébol y Cañada de Gómez, los efectos de las heladas también se sentían, con rendimientos significativamente por debajo de lo habitual", añadió la entidad.

Asimismo, señaló que "la sequía también había forzado recortes en los planes de siembra de maíz, lo que generaba incertidumbre entre los productores", ya que de una proyección de siembra de 1,57 millón de hectáreas, debido a la falta de lluvias hubo un recorte de 200.000 hectáreas, que se destinarían a la soja.

En tanto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires había advertido en la semana previa un empeoramiento del estado del trigo sembrado por la falta de lluvias en zonas productivas, con el 47% del total del cereal implantado en condiciones entre regular y malo. También indicó recortes en la estimación de la siembra de girasol en unas 50.000 hectáreas.