COPP
“No hay más tiempo”: dura carta de sacerdotes católicos a Javier Milei
En el texto dirigido “al gobierno” los sacerdotes católicos que trabajan en medios populares aseguran que “la injusticia es violencia”, afirman que “el modelo económico no se sostiene sin represión”.
En coincidencia con el comienzo del tiempo litúrgico de la Cuaresma católica los “Curas en la Opción por los Pobres” (COPP) emitieron una carta pública dirigida al gobierno en la que hacen un análisis crítico de los últimos sucesos políticos y económicos en el país, responsabilizan a Javier Milei por generar injusticia social y nuevos pobres y denuncian, entre otras cuestiones, que “el modelo económico no se sostiene sin represión”. El documento titulado “Es tiempo de conversión y cambiar el rumbo” incluye consideraciones sobre el sentido de la ley, la democracia, el uso del DNU como herramienta de gobierno, la violencia y la delegación de facultades y llega a pedirle a Milei un acto de conversión.
En el capítulo dedicado a “los pobres” los sacerdotes le recuerdan al presidente sus frecuentes citas estadísticas, “casi siempre falsas o recortadas”, en las que el mandatario alude a la cantidad de pobres. “Somos testigos de eso”, dicen, “y somos testigos de que los pobres han aumentado notable y escandalosamente desde que (Milei) es presidente”. Recogiendo también un decir popular, los curas sostienen que “se dirá que recién empieza, que no llegaron todavía los simbólicos 100 días de gobierno, que hay que darle tiempo; pero puesto que estamos convencidos que el rumbo elegido es exactamente el contrario del que se debiera seguir, sabemos que cuanto más tiempo pase, habrá más pobres y los pobres serán más pobres”. Se trata, señalan, de “pobres a los que se les niegan alimentos para los comedores, pobres a los que se reprime cuando protestan. El Dios de Israel, que es el Dios de Jesús, señala bien claro a los injustos, a las autoridades prepotentes, a los que se desentienden de los pobres, a los ricos”.
Y dirigiéndose directamente a Milei los COPP dicen: “¡Perdónenos, señor presidente, nunca vimos pasar un camello por el ojo de una aguja, pero siempre hemos visto la alegría del pueblo cuando encuentra motivos de fiesta! ¡Fiesta que les es negada, por cierto!”.
“De un gobierno se espera que gobierne: de un Poder Ejecutivo, se espera que ejecute todo aquello que sea beneficioso para el pueblo, a la vez que del Poder Judicial se espera que castigue aquello que lo perjudica, y del Poder Legislativo que instaure leyes de vida, prosperidad y paz. Y todos, cada uno con su especificidad, en favor del pueblo” porque “sólo así habrá democracia” sostienen los COOP en su documento.
Sobre la violencia dicen los curas en su carta que se trata de “un tema y un problema que bien merecerían un detenido análisis de sus causas, de las reacciones, de las soluciones”. Y agregan que “la injusticia es violencia; el hambre es violencia; la desocupación, la falta de acceso a la salud, también lo son” dado que “la violencia tiene muchas caras”. Subrayando al mismo tiempo que “lamentablemente, los discursos de los funcionarios, engendran violencia; violencia que pueden provocarla porque tienen a su vez el monopolio de la respuesta más violenta aún”. Según los sacerdotes afirmar que “cortar una calle, es violencia” no solamente “nos parece una sandez”, sino que, por el contrario, “es ejercicio del derecho (constitucional) de protestar”. Por tal motivo, agregan, “no es violencia manifestar (salvo que se exhiban horcas o bolsas mortuorias, por ejemplo), no es violencia una marcha, son violencia las balas de goma, el gas pimienta, los palazos a personas indefensas, la ostentación de fuerza provocadora”.
Hay también una referencia al “protocolo” promocionado por la ministra Patricia Bullrich. Recurriendo a la definición de la RAE los curas recuerdan que un protocolo es un “Conjunto de reglas establecidas por norma o por costumbre para ceremonias y actos oficiales o solemnes” y, que por lo tanto, no se trata obviamente de una ley. No obstante, dicen, “las normas caprichosas movidas por la costumbre de reprimir, aprovechando la complicidad mediática invita a pensar que no se trata de protocolo alguno sino, sencillamente, de represión” para culminar la referencia afirmando que “desde hace muchos años sostenemos que estos modelos económicos, como el actual, ya repetido, no se sostienen sin represión; y la realidad lo manifiesta de modo patente”.
Y siguiendo la misma línea argumental los COPP afirman que “la violencia primera, el hambre, la injusticia, la desocupación, se combate con justicia social (¡sí!, justicia social), con trabajo digno, con educación, con reconocimiento y ampliación de derechos”.
En obvia referencia a la llamada “ley ómnibus” se argumenta que “cuando una ley se empieza a discutir e instalar con chantajes a las provincias y los legisladores que les responden, cuando se miente por doquier, con la ya archisabida complicidad de la prensa hegemónica acerca de los supuestos beneficios que no se ven por ninguna parte, cuando las leyes y las decisiones parecen redactadas en una embajada y apoyadas por cámaras empresarias que no aportan al trabajo digno, cuando lo único que parece hacer el presidente es tuitear y retuitear y, después ir al teatro o viajar para repetir frases insustanciales, la pregunta más que obvia es qué seriedad tiene esa ley (aunque fuera votada y hasta aceptada por una corte de suprema vergüenza)… y qué legalidad tiene”. Porque "una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla", dicen los curas recordando palabras del obispo mártir salvadoreño Oscar Romero.
Y sobre el DNU niegan las necesidades y urgencias argumentadas dado que “solo parece, una vez más, la ocasión de hacer patente el autoritarismo violento para gobernar al propio arbitrio y con apariencia de legalidad. Que no la hay”. A mismo tiempo se rechaza la “delegación de facultades extraordinarias” porque “no aceptamos una monarquía” y, celebramos, dicen los sacerdotes católicos, “que el proyecto haya fracasado, y esperamos, quizás ingenuamente, que no haya intentos de reincidencia en este sentido mientras esperamos que – de una buena vez – ‘Dios y la patria se lo demanden’ ”.
Finalmente hay también una referencia a la reiterada afirmación oficial acerca de que “no hay plata”. Frente a eso los COOP dicen que “hemos escuchado decenas de veces al presidente repetir que ‘no hay plata’, pero resulta que le donó dos helicópteros al presidente de Ucrania, que comprará 24 aviones de guerra perimidos de los EEUU, que pagará sin titubear al usurario FMI, que contrata a hermanos de funcionarios como asesores con salarios insólitos, que los gastos para las fuerzas de seguridad son exorbitantes (¡y están a la vista!), y muchas cosas más”. Por lo tanto, sostienen, “parece que no hay plata para lo que debería haber, mientras que se gasta en lo que beneficia a los amigos”.
La carta al gobierno concluye, en el contexto de la canonización de María Antonia de San José (la Mama Antula) “que fue una mujer comprometida con su tiempo y que supo encontrar respuestas para las situaciones dolorosas de quienes la rodeaban y mejorar la vida”, con una invitación “a convertirse”, a “usted y a los suyos”, le dicen los curas a Milei. Porque “es tiempo de compartir los bienes, e invitamos a los ricos que aprovechan este modelo económico para enriquecerse más aún, pornográficamente, a compartir (no con una limosna) sus bienes con los pobres que no tienen que ser, nunca más, las víctimas de un sistema de injusticia y muerte”, finalizan diciendo los curas.