Inseguridad

Con trabajos de hormiga, los ladrones se apoderan de millones de pesos en La Plata

En menos de un mes, y en el marco de diferentes sucesos delictivos, bandidos se alzaron con cuatro millones. Pese a la reiteración de atracos, se encuentran prófugos.

Casi cuatro millones de pesos, solo en efectivo, fue el monto con el que se alzaron diferentes delincuentes en una sucesión de robos de todo tipo que afectó a la ciudad de La Plata en el último mes, sin que la Policía de la Provincia de Buenos Aires haga nada al respecto. Por el contrario, no hay personas detenidas y las víctimas se mostraron profundamente compungidas por lo sucedido. Varias de ellas no dudaron en aseverar que “las zonas están liberadas” y que a ellos “nadie los defiende”.

A principio de este año, este multimedio había elaborado un informe exclusivo en el que informó que durante el 2021 se habían robado, en diferentes casos, la bestial cifra de 69 millones de pesos. Claro que, en realidad, el monto es muy superior, ya que solo se tuvieron en cuenta los casos que trascendieron a la opinión pública, pero hay decenas de otros que no se filtran a la prensa por decisión policial.

En tanto, solo en enero de este 2022, los ladrones se apoderaron de $28.271.200, 20 de ellos tras un escruche en la casa del futbolista de Boca, y ex-Estudiantes, Marcos Rojo.

Entraderas y escruches

Lejos de reducirse, esos números continuaron ya que los atracos no mermaron en ningún momento. Así, los platenses tienen que vivir en medio de violentas entraderas, escruches, asaltos callejeros y otras tantas modalidades.

Esporádicamente, desde la cúpula de la Fuerza anuncian con bombos y platillos la captura del cabecilla de alguna banda, pero lo cierto es que eso no reduce la estadística de inseguridad ya que los robos siguen existiendo.

Por ejemplo, en las últimas horas le quitaron $700.000 a una quintera en Abasto y le aplicaron un fierrazo a un vecino que intentó socorrerla, mientras que a una jubilada del barrio de La Loma le sacaron $75.000, que eran todos sus ahorros. La mujer fue engañada por al menos dos cacos, que simularon ser operarios de Edelap. Con ese ardid, lograron que les abrieran la puerta y una vez en la propiedad, encerraron a la damnificada en el baño. Exactamente lo mismo, con el mismo modus operandi, había sucedido tres días atrás, en la misma zona. Allí, lo sustraído fue un poco más: $100.000.

Eso hizo que desde Edelap emitieran un comunicado con precauciones para no caer en la trampa, pero la jugada ya estaba hecha y ninguno de los dos casos fue resuelto por la Policía. De esta manera, los hampones siguen libres.

Un jubilado de Barrio Norte perdió nada menos que $800.000 en otro cuento del tío, marcado por la impunidad. A su vez, un millón de pesos fue lo que se llevaron los malvivientes que atacaron a piedrazos un comercio de City Bell, ubicado en Cantilo (pleno centro). Además del efectivo, desvalijaron el local de ropa.

En dos escruches sucesivos (el 19 de abril en el centro y el 20, en Barrio Norte), los malhechores actuantes se fueron con $650.000 y tampoco nada se sabe de ellos. En el plano de las entraderas, un hombre sufrió una en su casa de Gorina y perdió $50.000, mientras que el 26 de abril tres asaltantes se metieron en la casa de Meridiano V de un matrimonio de jubilados y los despojaron de los $150.000 que había dentro. Por último, cuatro desconocidos sorprendieron a una familia en City Bell y les robaron $300.000.

Queja vecinal

Los vecinos, cansados de tanto robo (sin ir más lejos, los de Los Hornos, Savoia y Arturo Seguí se reunieron en las últimas horas con jefes policiales y funcionarios del Ministerio de Seguridad bonaerense), mostraron su disconformidad sobre cómo se está tratando el tema. “Te dicen que denuncies, te incentivan a hacerlo cuando te pasa algo para que quede registrado en la estadística, pero cuando vas a la comisaría te hacen volver a tu casa porque no tienen sistema o siempre algo falla. Si no, te hacen esperar cuatro horas”, se quejó uno.

Y otro expuso: “No quieren que denunciemos porque ellos mismos trabajan en connivencia con los delincuentes. Te das cuenta solo al caminar por los barrios: no se ven patrulleros ni agentes de la Fuerza recorriendo a pie la zona. No hay nadie, nadie nos cuida”.