Liberaron a la policía que abatió a “Satanás” en Melchor Romero

Luego de las extremas horas de tensión vividas en Melchor Romero, donde un delincuente apodado “Satanás Barakus” empezó a los tiros y se enfrentó a la Policía, la mujer que lo abatió recuperó la libertad.

Cabe mencionar que la mujer policía fue quien le dio el tiro que acabó con su vida, después de que el maleante le gritara “me matás o te mato”. Debido a esto, la oficial fue puesta bajo custodia y su arma fue incautada para realizar los peritajes correspondientes.

Finalmente, luego de declarar ante el fiscal y de que se tomaran en cuenta las circunstancias en las que se dieron los hechos, se resolvió que recuperara la libertad. “De­claró lo mismo que el resto de los testigos, que el sujeto le disparó primero y que ella respondió al fuego”, detalló una fuente consultada por este multimedio.

Ahora, resta que se lleven a cabo las correspondientes averiguaciones, aunque todo apuntaría a que el caso quedaría enmarcado en la legítima defensa. Tomó intervención la comisaría Séptima, con jurisdicción en la zona, y la Unidad Funcional de Instrucción nº 5.

El hecho

El episodio tuvo lugar a metros de un jardín de infantes en 515, entre 161 y 162, cuando Cristian Alejandro “Satanás Barakus” Salinas estaba efectuando detonaciones de arma de fuego, sin razón aparente. Justo pasó por el lugar un patrullero de la División de Investigaciones Delitos ambientales La Plata y una oficial ayudante, que iba a bordo, le dio la voz de alto para que parase.

Lejos de detenerse, el sujeto le habría disparado y la policía repelió la agresión con su arma reglamentaria, apretando el gatillo en una ocasión. La bala que salió de la boca de la pistola impactó en el pecho del sospechoso, hiriéndolo de muerte.

Salinas, que tenía domicilio cerca de donde ocurrió todo, se había escapado el 21 de octubre pasado de la Unidad 24 de Varela. Recaían sobre él dos pedidos de captura activos, ambos por robo calificado: uno del 19 de abril de este año y otro del 24 de octubre de 2021, es decir, 72 horas después de haberse fugado.