HORROR

Santiago del Estero: Encontraron el cuerpo de un bebé recién nacido en un basural

La autopsia confirmó que el bebé, que tenía síndrome de Down y murió por asfixia, había nacido en buen estado de salud hacía cinco días. Intentan rastrear a los padres en las zonas cercanas.

Un joven de 28 años que juntaba plásticos para vender en un basural de Santiago del Estero se topó el martes con una bolsa de consorcio negra que le llamó la atención por la forma que tenía. Al abrirla encontró en su interior un bebé cubierto con trapos: estaba muerto.

“Cuando llegó el camión (recolector) cayó la bolsa. Y cuando la abrí, encontré el cuerpito de un varoncito, ya grande, bien formado. Estaba envuelto con ropa con sangre. Lo puse en una caja y lo aparté del lugar para que no lo coman los perros y llamé a la policía. Nunca me imaginé una situación así. Estoy muy angustiado”, relató Dionisio Montenegro, el cartonero que lo encontró.

La autopsia preliminar determinó que el bebé, que tenía síndrome de Down y había nacido vivo hace unos cinco días, murió por asfixia. Con estos elementos, los investigadores creen que hubo planificación, que ocultaron el cuerpo y lo tiraron a la basura para que un camión recolector se lo llevara por lo que ahora intentan identificar a todas las mujeres que dieron a luz recientemente.

La causa fue caratulada como “homicidio calificado por el vínculo”, un delito que prevé la pena máxima.

Un antecedente que terminó en perpetua

El 20 de abril de 2017 un camión recolector arrojó residuos en un basural de Pinto. Entre cartones y botellas, había un trapo que cubría el cuerpo de una beba, que fue encontrado por un hombre que buscaba cartones.

Pocas horas después, el testimonio de uno de los recolectores de basura fue clave para identificar a la mamá de la beba. El hombre recordó que la remera que cubría el cuerpo se la había visto a una chica embarazada del barrio y así dieron con María Antonella López.

La joven llegó a juicio en 2019, y ante el tribunal aseguró: “Mi pareja sabía de mi embarazo. Solía pegarme desde el tercer año de convivencia. Una vez publicó en Facebook la ropa de la beba para regalarla. Fingió que yo hice la publicación”.

“Al quedar embarazada vivía en su casa. Él y su hermana solían golpearme. Nunca denuncié porque él me tenía amenazada. El día anterior (al horror) él me golpeó. Así se apuró el trabajo de parto. Me fui al baño y empecé a dar a luz parada. Una vez que nació la beba, le corté el cordón umbilical con la mano. Cubrí con una remera blanca y la llevé a la pieza. La puse en la cama. No se movía. De noche, la envolví en una colcha y la puse al costado de la cama. Al día siguiente, la envolví en un mantel, más otros trapos, y la dejé en el canasto para la basura”.

Finalmente, por mayoría, el 13 de mayo de ese año la condenaron a prisión perpetua.