Ciencia
El Conicet estudió el impacto del cambio climático en la cebada y el trigo
La investigación llevada a cabo determinó que el aumento de la temperatura durante la noche es más propicio para el desarrollo de una de las enfermedades más destructivas de los cereales.
Investigadores del Conicet, en un trabajo en conjunto con el INTA, determinaron la actual relevancia del cambio climático sobre la cebada y el trigo. Hoy en día, el calentamiento global está considerado como uno de los principales problemas para la producción de alimentos, ya sea a mediano o a largo plazo. Es por esta razón que el equipo a cargo decidió investigar el impacto que esto tiene sobre los cereales. De esta forma, la evaluación se basó en el incremento de 3°C en la temperatura nocturna sobre el rendimiento, la calidad y la seguridad alimentaria en la producción de los alimentos señalados. Así, los resultados indicaron que ante este aumento se desarrolló de forma más propicia una de las enfermedades más destructivas de los cereales, la fusariosis de la espiga.
Esta enfermedad, explicaron los expertos, provoca muchas pérdidas cuantitativas en los cultivos de cereales, como la reducción del rendimiento, la disminución del peso de mil granos, junto con el menor poder germinativo. Sumado a esto, produce pérdidas cualitativas como la reducción del contenido de almidón de los granos, la degradación de las diferentes subunidades proteicas y una menor calidad de malteado y horneado. “Los modelos estimativos y los experimentos realizados en condiciones de campo advierten del efecto negativo del cambio climático sobre el rendimiento del grano en cereales como la cebada y el trigo. La relevancia de este trabajo radica en que es uno de los primeros en el mundo en desarrollarse bajo condiciones experimentales de campo. A partir del cambio climático, se incrementaría hasta en un 75% la presencia de micotoxinas”, remarcó Mauro Martínez, primer autor del trabajo.
De cara al futuro, los pronósticos no son muy alentadores, ya que se prevé que la temperatura global aumente entre 1°C y 3,7°C para finales de este siglo. A su vez, los modelos desarrollados para la región central de la Argentina predicen que la temperatura media aumentará entre 1,5°C y 4,5°C. Según el estudio, “los modelos de simulación estiman un mayor aumento de la frecuencia de las noches cálidas en los futuros escenarios climáticos que de los días cálidos”.
“El cambio climático representa un verdadero desafío para la producción de cultivos y la seguridad alimentaria en todas las regiones del mundo. En un futuro próximo, las condiciones ambientales cambiarán y la temperatura será una de las variables más afectadas”, concluyó por su parte otro de los integrantes del estudio, Dante Rojas.